Hornos de calcinación, Lucainena de las Torres, Almería.
Los Hornos de Calcinación de Lucainena de las Torres suponen uno de los vestigios arquitectónicos más importantes de la época en la que este pueblo tuvo una gran relevancia dentro de la economía provincial. Fue un enclave minero muy importante desde cual se suministraba hierro a los Altos Hornos de Vizcaya, en Bilbao. El mineral se evacuaba en ferrocarril a través del embarcadero de Agua Amarga, en Níjar.
Para ello la antigua Compañía Minera de Sierra Alhamilla empezó a construir en 1900 nuevos hornos de calcinación en un lugar próximo a la estación ferrocarril de Lucainena. Un año más tarde decidió emplazar otros seis hornos junto a los dos anteriores dada la absoluta supremacía de los carbonatos en la producción de las minas.
Las vagonetas volcaban el mineral en un depósito y después de sufrir una ligera selección manual, la parte útil era cargada en unos vagones de descarga lateral que la conducían hasta la parte superior de los hornos a la cual accedían por unas plataformas.
Cada horno tenía unos 20 metros de altura y su capacidad era de 50 toneladas de mineral calcinado por horno y día. Una vez calcinado el mineral se cargaba en vagones que lo transportaban a la estación de Lucainena desde donde salía el tren hacia Agua Amarga.
En uno de los hornos (el primero con el que nos encontramos tras llegar a las instalaciones) se ha recuperado su estructura original. El horno rehabilitado está equipado con una escalinata a través de la cual se accede a la parte superior y desde ahí a un pasillo a través del cual se aprecia una amplia panorámica tanto de los otros hornos como del valle de Lucainena. El lugar ha sido acondicionado y equipado con un aparcamiento.
En la actualidad su función discurre en el plano turístico. Para el público que está curioso por saber más sobre la historia de los pueblos del interior de Almería y por su puesto unido al turismo minero, al de la Vía Verde, supone un lógico complemento turístico para quien quiera hacer las rutas de senderismo.